Hace unas semanas escribí un post en mi blog sobre la autoestima (puedes leerlo aquí), su significado, los pilares que la componen, y las 10 claves para mejorarla. En el post de hoy voy a hablarte de un término que está directamente relacionado con la autoestima, la asertividad.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es la capacidad para expresar pensamientos, emociones, sentimientos, opiniones, deseos, y necesidades, desde el respeto y de una forma apropiada, sin dañarme yo y sin dañar al otro.
Cuando una persona se escucha, se conoce, y se acepta, está siendo asertiva consigo misma. Si además consigue expresar sus pensamientos, emociones, sentimientos, opiniones, deseos, y necesidades, de una forma adecuada, estará siendo asertiva consigo misma y con la otra persona. Ser una persona asertiva implica tener una buena autoestima y seguridad en si misma.
¿Conoces los distintos estilos de comunicación?
Existen tres estilos principales de comunicación, el estilo pasivo, el asertivo y el agresivo.
Cuando una persona es asertiva consigo misma, tiene la capacidad de escucharse para saber qué quiere o necesita y qué no, y también la capacidad de transmitírselo al otro desde el respeto.
Sin embargo, cuando una persona tiende a comunicarse de forma pasiva: no es capaz de expresarle al otro lo que piensa, siente, quiere, opina o necesita, no sabe decir no, no puede poner límites o defender sus derechos y en definitiva, no se está respetando a sí misma. Esta forma de comunicar, de ser y de racionarse con el otro, no favorece en absoluto a tener una buena autoestima.
Por último está el estilo agresivo, en el que la persona mira por y para sus intereses, independientemente de lo que se lleve por delante. Este estilo de comunicación implica que la persona no tiene en cuenta los derechos de los demás, no es empática ni respetuosa, y sus emociones en muchas ocasiones le hacen comportarse y comunicarse de forma violenta.
Tanto el estilo agresivo como el pasivo pueden trabajarse, así que si te sientes identificada o identificado con alguno de ellos y te apetece embaucarte en esta apasionante aventura, ¡se pueden aprender estrategias para fomentar y desarrollar la asertividad!
¿Cómo fomentar la asertividad?
Si quieres aprender y mejorar en cuanto a la asertividad se refiere, el primer paso es conocer los derechos asertivos. Son derechos que tenemos todas las personas, sencillamente por eso, por ser PERSONAS. Por ello es importante asumir desde el respeto y la empatía que, yo tengo mis derechos y la persona que tengo enfrente también los tiene.
- Tengo derecho a ser tratada/tratado con respeto y dignidad.
- Tengo derecho a decir “no” sin sentirme culpable ni egoísta.
- Tengo derecho a expresar críticas y a protestar por un trato injusto.
- Tengo derecho a cambiar de opinión o a cambiar mi forma de actuar.
- Tengo derecho a elegir entre responder o no hacerlo.
- Tengo derecho a equivocarme y cometer errores.
- Tengo derecho a pedir ayuda o apoyo emocional si lo necesito.
- Tengo derecho a detenerme y pensar antes de actuar.
- Tengo derecho a interrumpir, a pedir información y aclaraciones.
- Tengo derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, mi cuerpo, y mi tiempo.
- Tengo derecho a sentir placer, a disfrutar y a ser feliz.
- Tengo derecho a descansar.
- Tengo derecho a estar sola/solo cuando así lo necesite.
- Tengo derecho a tener éxito y superarme.
- Tengo derecho a recibir el reconocimiento por un trabajo bien hecho.
- Tengo derecho a intentar cambiar lo que no me satisface.
- Algunas veces, tengo derecho a ser el primero.
- Tengo derecho a sentir y expresar el dolor.
- Tengo derecho a experimentar y expresar mis propios sentimientos, al igual que a ser mi único juez.
- Tengo derecho a tener y expresar mis propias opiniones.
- Tengo derecho a pedir lo que quiero, y a aceptar un “no” por respuesta.
- Tengo derecho a tener mis propias necesidades y que estas necesidades sean tan importantes como las de los demás.
- Tengo derecho a no satisfacer las necesidades y expectativas de otras personas y comportarme siguiendo mis propios intereses.
- Tengo derecho a no anticiparme a los deseos y necesidades de los demás.
- Tengo derecho a ignorar los consejos de los demás.
- Tengo derecho a no tener que justificarme ante los demás.
- Tengo derecho a no responsabilizarme de los problemas de los demás.
Una vez que los has leído te propongo que hagas un poco de introspección e identifiques si llevas acabo todos estos derechos contigo misma/mismo y con los demás.
¿Quieres aprender a desarrollar esta habilidad?
Puedes comentar o preguntarme lo que desees. ¡Siempre respondo!
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